Después de la lluvia

Después de la lluvia, la calma devuelve la claridad a las hojas. Los caminos, lavados, resplandecen como espejos bajo la luz suave. Las gotas caen de las ramas en un ritmo que parece marcar un compás secreto. Todo canta en silencio, como si la tierra recién despertara y respirara en un suspiro profundo. Los reflejos de las nubes flotan sobre los charcos del camino. Un sense de paz envuelve el paisaje, las montañas al fondo se difuminan tras un velo de niebla delicada. Las pequeñas flores se levantan, saliendo de su sopor, muestran sus colores vibrantes, como si agradecieran al cielo por el regalo de la lluvia. Cada rincón del valle guarda un susurro de tranquilidad. El rocío persiste, improvisando una danza en cada pétalo y hoja, haciendo eterno este instante de serenidad palpable.