El estanque sereno

En la calma de la noche, reposa el agua sin agitarse, apenas un susurro del viento la toca. El reflejo de la luna tiembla sobre el espejo líquido; es un susurro del universo que mece el alma en brumas. Los juncos susurran secretos, que ni siquiera la brisa puede desvelar. El susurro del tiempo, antiguo y silente, acaricia los sentidos y cierra el día en un abrazo de infinita paz. Así, en la tranquila profundidad donde los pensamientos descansan, donde la mente encuentra refugio, una quietud antigua envuelve todo. Me sumerjo en este instante eterno donde el alma puede por fin respirar. En la orilla de este estanque sereno, la serenidad es un canto sagrado que la noche derrama dulcemente.